
René Guénon asusta en ese ensayo arqueológico del año 24 del siglo pasado, "oriente y occidente", por la limpieza con la pasa el bisturí sobre el pensamiento utilitarista occidental y su ideal de progreso. Tiene palos para todos: primero para el cientificismo, pero también para los teosofismos, pseudo-espiritualismos, la saga de orientalistas listillos alemanes-cachondo su estrepitoso hostión a Leibniz y su infantil interpretación los Cova-, ocultismos, neoplatonismos, y demás intentos de espiritualidad occidental. Su "fanatismo" hacia la Inteligencia Oriental, provoca un inicial rechazo en el lector medio occidentalito...la pena es que tampoco se sostiene viendo el devenir incertidumbrista de la quimico-física: si Guénon levantara la cabeza y contemplara en que paradoja budista se encuentra la ciencia hoy, quedaría bastante confundido-fascinado, dado el valor cuasi absoluto que le da a la tradición y al símbolo. La tradición tampoco es una verdad Absoluta, mon René, aprenda a dar palmadas con una mano, no sea tan "occidental" como para creer en la Verdad.
Las cosas no han hecho sino empeorar, hasta el punto de que cualquier payaso contertulio se pregunta hoy por la sostenibilidad del sistema productivo en cualquier programilla insignificante; si Guénon volviera a levantar la cabeza y esclareciera que cuando los chinos entren en el capitalismo de lleno con su masa crítica de mercado...serán los orientales los que, paradójicamente, finiquiten el esperado colapso de la historia...
Aunque me resistía a aceptarla, la idea de Guénon de una élite que desencadene el cambio de paradigma, y la reacción en cadena de la vuelta al "medioevo" y el pensamiento Esencial-idea por la que se granjeó el odio de todos los "demócratas" de la época, si es que tenemos que simpatizar con nuestro buen chulopollas de René-aunque me resistía a aceptarla, digo, me reconozco comprediendo que estas cosas no están hechas para todos; no para todos los medrugos con los que tenemos que lidiar cotidianamente...es triste reconocer que necesitamos una Tecnocracia Espiritual, y algún que otro golpe de estado, del tipo de...dejar de consumir?: por ejemplo...
Volviendo de Madrid, se pone una madre marroquí en el autobús con su bebé de meses a mi espalda: hace los mismas pedorretas-y-ruidos-vocales-varios prerracionales-esencialistas que mi "occidental" hija... Mientras leo al muy cabreado Guénon describir la bonanza infalible de la civilización oriental y el descarrile de la nuestra...dá que pensar...quizá deberíamos volver a ser niños para percatarnos de que sólo hay una cociencia humana universal...
PD-En la foto, el convertido al islam René, con un tal F.Shuon, agotando los últimos años de su vida en El Cairo.
1 comentario:
No puedo estar más de acuerdo. Hace tiempo que tengo ganas de fumarme ese librito de ton René.
Salud
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