Iba a escribir un comentario en el último post de mi amigo y compañero, pero viendo y corroborando (una vez más) que somos dos cerebros teilhardianos interconectados, me veo en la obligaciòn de intervenir con una nueva entrada, ya que tengo muchas cosas que decir:
En primer lugar aquí me encuentro, otra vez, después de este largo pero corto puente de connotaciones obrero-revolucionarias, y no sé ni para qué coño he venido, pues ha sido llegar y caer enfermo. Mañana me voy: doctor, deme la puta baja.
No ha parado de llover en todo el santo día y anoche me costó dormir pues había dos cosas que me lo impedían: la tos y las reflexiones que ondeaban por mi cabeza después de este fin de semana tan "raro" y que ahora trataré de plasmar aquí.
Me levanto temprano, pensando "venga, cuanto antes vaya, antes antes me voy a la cama otra vez". Trato de sobrellevar la mañana sin quedarme dormido, entre el poco sueño de esta noche y las décimas febriles. La maestra de los niños de 3 años ha faltado (por lo visto todo el mundo anda igual) y me meto con ellos. Cojonudo, estas criaturas me encantan, les cuentas cualquier folletá y se te quedan mirando con unos ojos en los que puedes ver al mismo DIOS. Después ya me voy con los míos. Uno de 2º de E.S.O. me llama la atención porque le hace gracia que en el libro de geografía e historia pone "di": "ehto ta mar, maehtro, ze inventan el idioma", yo le explico, intentando con todas mis fuerzas no caer en la broma fàcil-cruel-doctor House, que eso es del verbo "decir": "ah, bueno..." ¿asombrados? Sé que muchos no me creerán cuando lo lean, claro, yo tampoco me lo creería, hasta que me he encontrado viviéndolo todos los días.
En fin, después encuentro un hueco y me voy a la sala de informática, donde me suelo aislar de todo, y me leo el post de cosmo. "Bien", pienso, "hacía falta sacar el tema". Y, cómo no, me pongo a escribir, pero lo dejo para la noche, cuando coma y me tome un frenadol de postre y duerma un buen rato. Luego vengo, tengo mi llave.
¿Y què ha pasado este fin de semana? se preguntaràn ustedes, pues un montón de cosas, por lo menos por mi cabeza:
La verdad es que al final me lo pasé hasta bien, sí. A uno siempre le gusta tocar, con su escenario, sus monitores, su público numeroso, sus luces, su sonido bueno, sí, sí... Su backstage, sus cervecitas gratis, etc. Sí y SI, joder, negarlo es engañarse, eso somos y eso hemos vivido. Cosmo se prodiga màs, él se lo guisa y él se lo come, se busca la vida, los bolos, etc. Ya me gustaría a mi. Envidia sana. Pero no, no puedo ¿por qué? pues por tiempo, y por factores humanos. Si quiero llevar una banda para adelante necesito contar con gente, y esa gente (al igual que yo) tiene sus obligaciones y su disponibilidad. Además también tienen sus virtudes y sus LIMITACIONES, ojo, para con la música que yo pretendo llevar a cabo, claro está. Por tanto, al final tengo que adaptarlo a ellos, y la idea original pierde, no demasiado, pero pierde. ¿Y qué hacemos? ¿Nos damos cabezazos? Pues no, ¿por qué? porque me la suda, porque QUIERO SALIR A TOCAR y SENTIRME BIEN y SONAR DE PUTA MADRE y TOMARME MIS CERVEZAS-BACKSTAGE. HE DICHO. Y mis inquietudes más profundas, las desarrrollaré en formato cubase-movie-maker-blogspot cuando buenamente pueda, que ganas no me faltan, porque, entre otras cosas, eso me mantiene con vida.
Pero lo otro también.
Y eso es lo que ha pasado, el pedante-chulopollas título profesional de música y estudioso y compositor de casi todos los géneros de la música culta, don Vino Mariani... tocando rockabilly granadino de los 80 y pasándoselo de puta madre. Pues sí, qué le vamos a hacer,... Ahora tengo más ganas que nunca de juntarme otra vez con mi proyecto de grupo. Si me ha servido para eso, para rescatar emociones que tenía enterradas y/o alienadas, que Dios bendiga a la movida granadina.
Por lo demás suscribo de PE a PA, evidentemente, todo lo dicho por cosmo: los mismos de siempre y LO mismo de siempre. Lo que pasa es que hay que verlo, en este caso (pienso) de otra manera. El "evento" en cuestión era eso, ni más ni menos, juntar a los grupos que cuando cosmo y yo nos dedicábamos a jugar a spiderman en el patio central, sonaban por aquí como algo "nuevo" y "distinto". En ese sentido me parece entrañable. No es lo mismo que ahora. Entonces no era tan fácil grabar discos, ni había Internet para difundirlos. Es más recuerdo a Los Ruidos con especial cariño, pues fueron de los que màs sonaban en los 40 (versión local) cuando yo empezaba a interesarme un poco ya por las guitarras eléctricas. Tocaron en una especie de festival en el paseo del Violón (no estaba ni hecho el monumento ese a la Constitución) y los vi (es un decir) desde la azotea de mi casa que, ahora no logro recordar qué coño hacía allí con mis padres y los vecinos...
El caso es que la reflexión de cosmo, me imagino, ha venido cuando ya concluido el evento se ha dedicado (al igual que yo) a buscar sitios en la red que hablen de la fiestecica en cuestión y, evidentemente, ha dado (al igual que yo, again) con la monopolizadora sección ciber-rockero-local del Ideal: Indyrock. Ahí te has puesto (ya que estás) a ver los vídeos de los programas que hay colgados (al igual que yo) y has llegado a la misma conclusión que yo: El grupo del Pablo y el Dani son los únicos que se salvan (por cierto, sorpresa es la palabra cuando los he visto, la verdad es que me han gustado bastante). Sí, son los mismos de siempre, pero NO ES LO MISMO DE SIEMPRE. Lo que no puedes pretender es querer seguir haciendo la misma música que hacías en el 86 cuando empezaste (léanse los Recargables y Cándido Ariza, a los demás se la suda, sólo fueron por la fiesta y el recuerdo, ya no tienen pretensiones), por mucho que te guste y que te haga sentir bien. No. Ahí no sirve el argumento. A no ser que, realmente, seas así (qué fuerte, no?), es decir, no des PARA MÁS, o te acomodes en ese rollo, por no perder los contactos y no tener que dar explicaciones, etc. Bueno, pues nada...
Y ese es el jodido problema de esta ciudad. No veo malas intenciones, en serio, sólo algún que otro chulopollas (de los de verdad) eso sí. Pero sí veo gente muy acomodada en su sillón estilístico. Todo amparado (aquí sí hay tomate) por el mismo medio de siempre, liderado por el mismo vividor de siempre que, por cierto, me corroboraron que sí. Que encima de que entra for free a todos los conciertos, encima llega tarde, con la excusa de que "es que esta noche hay varios en distintos lugares", y se dedica a preguntarle a los que sí han presenciado el evento que les cuente cómo ha ido y que, al final, eso es lo que aparece escrito en prensa.
. Lo peor: lo dicho antes, el tufo a monopolio-mafioso implícito que se podía oler bajo algunos de los personajes allí presentes. Concretamente del sector mediático.
. Lo mejor: El recuerdo, la fiesta y las ganas de tocar con una banda (aunque sea rock de tres acordes), que es como yo quise ver aquello. Ah! y la novia del Tacho, claro...
Y... bueno, aparte de algún que otro bizarrismo como el tío de las tiendas TIPO tocando el bajo con los Magic (me parece), pues nada más que decir. Que tenía que soltarlo y a ver si acaba el curso y vuelvo al trabajo. Y que me voy a acostar que me parece que me sube la fiebre.
Les dejo con un poquito de lo que fue esa noche tan "rara", pero que me ha hecho acordarme de que, aun tocando rockabilly (espero no se repita), todavía estoy vivo.
Por cierto, y dejemos ya la mariconería babosa: observen cómo el caballero donVino Mariani en clara actitud de superioridad arquea su ceja perdonando la vida a los otros músicos allí presentes.
Los Ruidos: Buen grupo. Buen sonido. Buen recuerdo.
